Los seres vivos se esfuerzan por sobrevivir de muchas formas, como comer, crecer, reproducirse e interactuar con los demás. Todos los seres vivos son estructuras complejas que reaccionan a su entorno.
Es decir, los organismos como los animales, las plantas y los hongos son todos seres vivos.
Los organismos no solo viven, también tienen diferentes funciones para sobrevivir. Esto incluye la organización celular, la adaptación al medio ambiente y el cumplimiento de funciones vitales como mantener vivas las células de su cuerpo.
Nuestro ciclo de vida comienza con el nacimiento, seguido del crecimiento, la reproducción y finalmente la muerte. Necesitamos comida para sobrevivir.
Los seres vivos están compuestos por células. Las criaturas unicelulares, como las bacterias, contienen cada una sola célula, mientras que los organismos multicelulares tienen muchas células agrupadas.
Los organismos multicelulares están formados por un mayor número de células, como los seres humanos. Las células individuales, como las bacterias, no pueden convertirse en organismos multicelulares por sí mismas.
Hay varios ejemplos de elementos no vivos como el agua, la arena, el metal. Los seres vivos, en cambio, contienen células; los que no los tienen se clasifican como no vivos.
Contenido
Características de los seres vivos
Todos los seres vivos comparten ciertas características a pesar de su gran diversidad.
Algunos organismos están hechos de una sola célula, mientras que otros pueden estar formados por cientos de células diferentes.
Este artículo analiza los diferentes niveles de organización en el cuerpo humano, desde las moléculas y los órganos hasta las células.
Los organismos pasan por un ciclo de vida que implica crecimiento, reproducción y muerte.
A medida que los organismos crecen, cambian de varias maneras diferentes (aumentan de tamaño, peso, forma). Eventualmente, están listos para reproducirse sexual o asexualmente.
Todos los seres vivos realizan tres funciones vitales. La nutrición, el metabolismo y la excreción se utilizan para producir energía, por lo que estos procesos se llevan a cabo después de ingerir alimentos. El metabolismo comienza con la absorción de los nutrientes de los alimentos que luego se convierte para liberar energía.
El organismo es el encargado de procesar y expulsar los desechos tóxicos.
Los organismos vivos reaccionan a los estímulos del medio ambiente. Todas las entidades vivientes tienen la capacidad de recibir y procesar estímulos de su entorno, lo que puede afectar su comportamiento a corto y largo plazo. Por ejemplo, un animal que huye después de escuchar el sonido de un depredador bien puede hacerlo porque sabe que tiene la posibilidad de no ser devorado.
Tienen un mecanismo incorporado que regula las cosas internamente para compensar los cambios ambientales. Todos los organismos tienen esta capacidad.
Esta capacidad de mantenerse en equilibrio se conoce mejor como homeostasis. Un ejemplo de homeostasis es la transpiración humana, que mantiene la temperatura interna del organismo en el nivel deseado.
Los organismos vivos están programados para adaptarse al medio ambiente para que puedan sobrevivir. Esto es necesario para su propia supervivencia y la de su especie.